sábado, 23 de noviembre de 2013

Ética.


Escribo para hablar algo que carece de verborrea, que la evita y nos llega como una luz. Muchos antes han tratado, han manchado las páginas con el propósito de entregar a los hombres parte de esta luz. Pero no es un ente cautivo en las líneas de la historia y la filosofía. Es una nube, un sueño, una sensación. Escribo cuando debería hablar, hablo cuando debería callar y simplemente sentir. No es más ético el más virtuoso, el que más lee, el que devora con los ojos lo que tendría que disfrutar con el alma. A veces tan solo optar por guardar silencio y admirar a cuantos nos rodean, ver la vida en vez de mirar con ojos reacios la existencia y a cuantos la definen. Saber valorar lo noble de cada unos y evitar la putrefacción de otros, de los que, necios, siguen empecinados en buscar la verdad donde tan solo hay palabras, vacías sino tenemos el corazón para creer. Para creer hay que conocer. Hay que entregar el conocimiento al prójimo, pues él nos devolverá lo que le ofrezcamos. No hay que esperar el premio al buen hacer, simplemente seguir el camino que nos marca. Todos somos mentores de ética, solo hay que saber acercarse a aquellas personas nobles con el rostro iluminado, esperando ser discípulos, ser participes de su saber. Hay que amar a estas personas, cuidarlas como si fueran parte de nosotros, pues al compartir sus sueños e ilusiones, somos parte de su ser, de una familia. Añadimos un nuevo sentido al concepto de ética. Nosotros somos la ética. Sócrates al negar la palabra escrita, nos acercaba al sentido de la ética, a la belleza del acercamiento, del abrazo, del día a día, compartiendo lágrimas y sonrisas, formando parte de la grandeza de la persona de a pie, al que la ética no hace grande sino que él en su caminar  hace divino la ética.

miércoles, 9 de octubre de 2013

El ser que se atravesó a si mismo para ser simplemente ser


Contemplo la existencia a través de la inmaculada perfección de la ventana, que osada escruta mi alma a la luz de esta apagada vela, o sociedad, dormida emperatriz, despierta y reclama tu lugar frente a este ser, que me observa con incomoda firmeza, revelando mis inseguridades, las verdades que la moral sin profanar esconde. Pero ¿qué es la moral sino una falacia en boca de necios? La moral ya no eres tu mi fiel reflejo, por muy seguro que contemples la vida, desconoces el significado que ella esconde, y que simbólicamente te administra. Pero no estás preparado para conocer, para pararte a contemplar el mundo, pues prefieres juzgarme, hacer tambalear el inquebrantable templo que se esconde en el maletín del doctor, maestro del bálsamo que confiera fuerza a esta mirada, o en una botella de absenta con dos azucarillos, que transmita vigor por un momento a este corazón. Tanta moral empaña mis gafas impidiéndome ver a los idiotas, que la proclaman con sucia boca, escupiendo sobre Aristóteles y Nicomaco, dejando tras de si el halo de la putrefacción que consume sus vidas y los deja vacíos a las fauces del destino. Y yo permanezco delante de mi, indagando en el ser que contemple mi existencia, esperando a mi estrella, anhelando su cálido tacto y recorrer junto a ella las calles de París, enseñándome a no huir de mi reflejo y enfrentarme cada día con mirada firme y segura al ser que quiero ser.

Obra empleada: Autorretrato delante de un espejo realizada por Henri de Toulouse-Lautrec en 1882

viernes, 6 de septiembre de 2013

La belleza de ser Quijote


Un lenguaje decadente impregnado del pecado de los siglos, lleno del rencor de la herida sangrante, una hemorragia producto del furor de tantas guerras, de tantos versos perdidos en la melancolía, en la saeta perdida en la espesura de unas fauces abiertas hacia el vacío, que como un torbellino nos arranca a jirones la paz de una noche despejada, el sueño atravesado por la embestida briosa de una lanza, que atraviesa nuestro corazón menudo, abandonados desamparados en ciudad de nadie, en la ciudad de los ríos de lágrimas, subiendo en espiral hacia nuestro fin. Y mientras tanto que hacer. Vivir sin demorar el paso, contemplando al dragón sin sucumbir a la metáfora mordaz de la religión, sino mirándolo desde la metafísica, como la libertad del alma que asciende en línea recta sin preocuparse de caer, de dibujar la espiral en el viento al precipitarse a la fría muerte. Siendo corcel en los mares del destino, sin detenernos en las vicisitudes, siendo caballeros, pero no modélicos, sino dejando salir a ese Quijote que todos llevamos en nuestro interior, y recorrer con decisión los inmensos campos de Castilla, ricos e imponentes, acariciando la piel de gigantes, fundiéndonos con el verso renovado de la fantasía que torna fantástica nuestra vida.

Imagen empleada como ilustración del texto: San Jorge matando al dragón de Cosmè Tura, realizada en 1469.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Lo último que nos queda, el candor de una vela


Atravieso la humeante y febril figura de la muerte ante la atenta mirada de aquellos que como yo tiempo ha en el vacío se sumieron, arrojados a las fauces de la vida, donde las galas no son nadas, donde la pomposidad del palacio no es más que un desierto al que fuimos desterrados al nacer. Ahora, tragada por el humo de lo eterno, comprendo sin venda en los ojos el valor que se esconde en los corazones, la sabiduría de los nobles, que pasean sus ideas por las calles donándolas como limosnas a aquellos que como mendigos nos arrastramos por una palabra certera, por la lógica aristotélica  por la ética nicomaquea, aspirando a encontrar el mundo de las ideas en los rincones de cada una de nuestras inmensas y pobres estancias. Y ahora, tú amado mio, asciendes como este humo a los cielos perdiéndote en la inmortalidad de tantos besos errantes, que arremetían feroces contra la soledad de nuestros sueños. Ahora tú, amado mío, yaces más resplandeciente que el oro de esta cruz, más sereno que el cielo que nos cubre, más firme que el soporte de tú inerte forma. Y a mi no me queda más que llenar la brisa con mis suspiros, de mitigar este fuego que enciende mis mejillas con mares de lagrimas bordadas de nácar  y abandonarme por siempre al frió mármol de nuestros cuerpos, recordando por toda la eternidad que lo último que nos queda es el candor de una vela.

viernes, 30 de agosto de 2013

La existencia llena del vacío


Resquebrajada grieta en el espacio, una forma de destruir la labrada construcción de un ideal basado en la perfecta geometría de lo cerrado, de lo inexpugnable, un reto al genio que habita en las palabras que jamás recorremos con nuestros dedos, perdiendo su significado, dejándose llevar como el humo de un cigarro por el espacio endeble, en el cual, por fin, se abrió la brecha hacia el infinito de las formas descompuestas, victimas del vacío que atrapa las palabras para llenarlas de la vida, de la chispa que se desprende del yunque de Vulcano. El vacío que se escapa de la caja de Pandora impregnando el viento de cientos de susurros, que como un bosque no deja entrar la perfección del sueño del matemático idealizado, del Platón frustrado, imperando en el reino del espacio y su obra el genio dolorido que renace como un fénix generación tras generación para revelar al desconocido señor la evolución del arte y su vacío. 

sábado, 17 de agosto de 2013

El camino de una gota de hiel

Aquí me hallo erigido como un antiguo emperador, igual de solo y desbordado por la fragancia de este mar, que me invita a lanzar los despojos de mi a sus fauces, sedientas del alma romántica que arroja a sus entrañas sueños de amor y de ruina. Contemplo el surco de las nubes como si fuera la última visión que de ellas fuera a tener, como el condenado que recorre el sendero hasta el patíbulo sintiendo más intensamente la fragancia de la vida que ahora de él se aleja con paso presto. Nubes familiares que dibujan en el cielo los recuerdos de mi niñez cuando soñaba alcanzarlas, ser parte de ellas, y ahora aquí estoy de pie tan frágil como ellas, pero más pesado y solo. Una soledad que me baña con la hiel de la historia, que cubre mi desnuda frente de cristalinas fragancias del ayer, de aquel amor que se fue, dejando tan solo el vacío, esta existencia que ya no posee un ser que la defina tan solo un ente maltrecho, que involuciona en el camino hacia la soberbia del conócete a ti mismo. Me consuela que en el mundo donde estoy no hay soberano, no hay mandatarios, que siembran la desconfianza en el individuo, pues este ya dejó de creer, de tener fe en él y en lo que le rodea, pues no desea más que ser una nube arrojada al acantilado del olvido.

lunes, 5 de agosto de 2013

En la intemporalidad del espacio la historia se erige victoriosa sobre el vacio


Navegando en los surcos de la historia, la vida, el saber, la tragedia y la alegría sobreviven a la nefasta quebrada del olvido, a la inmensidad del vació que cercena las mascaras antaño empuñadas, a la metáfora hablada que impregnaba la suave brisa de las noches de verano, que llenaba de sueños e ilusiones. Las artificiales emociones cobraban vida, ya no eran marionetas de la pluma, las parcas emergían de entre los rincones y las ambiciones turbaban los corazones para finalmente esbozar la moraleja de todo cuento. Y cual es la moraleja del cuento que nos toca vivir, cual es la sabia visión que nos toca memorizar ante la contemplación de este titan ancestral. Simplemente el ímpetu de rescatar de su letargo, de los cruentos brazos de Morfeo arrancar la eternidad del verso y navegar sobre sus lomas, creciendo como hombres con la moral de la tragedia griega, y aprender a reírnos de la vida, fomentar la risa como decía Aristóteles en su Poética, y de rozar las estrellas cada noche en el seno de esta ciudad inmortal.

martes, 23 de julio de 2013

Indagando en la vejez prematura de las almas dormidas de un lugar yermo



¿Donde quedó tu maltrecho cuerpo? ¿Dónde quedaste asustada y sola tu agónica figura? No contestas más tu silencio delata la ausencia de los versos de aquellos genios que pintaron tiempo ha tu mirada encendida por los cantos, que cubrían los balcones floridos de tus calles. ¿Cuándo veremos de nuevo florecer el clavel en tus largos ríos azabaches, cascadas de paz, noches de fuego, donde la infancia muere para dejar paso a la cándida adolescencia, que se tornara saeta de mil anécdotas? Ya no hay más ríos que los que recorren tus mejillas, pálidas y marchitas, impregnadas de las cristalinas lágrimas que atormentan a tantas voces que mueren en tus calles, cenizas que el viento arrastro al olvido, dejando paso al intruso de la avaricia y el egoísmo, del nefasto poder, destructor de inocentes miradas e inmortales sueños que nos hacían jóvenes, que nos convertían en Quijotes, enjutos pero valientes siempre dispuestos a los campos de Castilla bebernos, ser titanes y arrojar los colosos prejuicios y mofas al inframundo, a quedar claro que no nos doblegamos ni ante emperadores ni leones. Por ello que nadie nos calle, no permitamos que al pueblo se le quite su bien más preciado, su libertad. Pero, ¿en que olvidado cajón quedo nuestra libertad?

domingo, 28 de abril de 2013

El Grito Eterno

Una mancha negra se extiende en el interior de los hombres, la ira y el sufrimiento se confunde con la entrañable pasión de los pensadores de idealizar la nada, el vacío de la realidad. Visceral sentimiento que emana como una ráfaga, que rompe el aire expresando la expulsión del universo interior, una vida que se rompe en mil pedazos para reconstruirse con más fuerza y pasión y un nuevo lienzo crece y decrece, como el oleaje de la inmensidad, que abruma al marinero en su ruta por las estrellas y en un instante su mirada se dirige al cielo y vislumbra de manera instantánea la existencia repleta del todo, de la iluminado amor sublime, que traspasa la razón, contrayendo los sentidos en la convulsa y efímera realidad del cuerpo cuya alma trasciende a un mundo donde no hay ideas perfectas ni superhombres sino tan solo nada, la sublime suspensión en la inmensidad de ese horizonte donde todo confluye, donde lo divino y lo espiritual se
convierten en uno solo, se materializa en un titan que dominara los tiempos y el arte por toda la eternidad. 

martes, 9 de abril de 2013

Shiner


Esta obra fue realizada por Pepe Noja en acero para el Parque del Príncipe de Cáceres, ejemplo de la doble funcionalidad que se aspira conseguir con estas obras vencidas por la fuerza de la naturaleza o soberanas sobre éstas. La naturaleza como fuerza ilimitada y como museo abierto, donde el saber de cada uno de sus rincones fluye libre, embargando todo el espacio hasta el corazón del visitante, que pasea desligado de la frenética marcha del museo urbano del ruido y la contaminación visual, dejándose seducir por la magia de la interacción de la obra y su entorno. La obra se compone de una barra de gran grosor que define toda la estructura por ser el único elemento del que se sustenta. Formas convulsas que se retuercen, que luchan por librar la forma de la curva, del artificial movimiento que les impulsa eternamente a completar la nada de la que se encuentran prisioneros. Una estructura que juega con las formas pero también con los espacios vacíos por los que la libertad del viento desdeña el sufrimiento del Laocoone apresado por las serpientes o por el ser que atrapado en la inexistencia del existencialismo lanza un desgarrador grito a la nada de su alma perdida, naufragada en la avenida fría y eterna de la soledad, de la carrera por aspirar a alcanzar al viento raudo, que despega sus pies del suelo para recorrer los sueños de tantos niños cuya inocencia les mantiene dormidos y felices.
Pero, ¿qué es verdaderamente la libertad?, ¿a qué aspira el ser humano durante y después de la inocencia?. La libertad, como nos dira Kierkegaard, es un golpe, es angustia, y es esa angustia la que genera el vértigo ante la libertad. Un vértigo, que, como nos dirá Poe, genera un sentimiento sublime de repulsión y atracción, de algo que nos dirá Kant, está por encima de la razón y el sentimiento, que está en el alma indicándonos prudentemente que nos alejemos del abismo, pero que a la vez nos instiga con ferviente placer a contemplar el vacío después del abismo, a lanzarnos y hundirnos en la sensación de intemporabilidad de un instante y después nada, solo el golpe atronador de la libertad sobre nuestra sien, latiendo con fuerza, es la conciencia del ser humano sobre si mismo. Ya no hay una inocencia a la que abrazarse, ya no hay felicidad ante la vida que nos hes entregada, tan solo hay una lucha contra el destino y el tiempo, esa lucha trágica de los héroes clásicos contra un destino al que se entregan resignados, prisioneros de la libertad, que con cadenas nos llevan hasta la falacia del sin fin de decisiones, que habremos de tomar y que definirán el cauce de este río hacia un limite. El existencialismo como producto del pecado, como elemento definidor del alma, como paso de esa inocencia general al individualismo concreto, el paso de la protección del hogar a la lucha de la calle contra uno mismo, como nos dirá Herman Hesse. La búsqueda de la felicidad o la acción de supervivencia, la desesperación ante la no hallada salvación o ante la incierta existencia, el todo y la nada, el saber como libertad o como prisión, esta obra como un ser o como una prisión sin función, el objeto que no es nada y que lo puede ser todo, la carencia de la utilidad, el objeto desligado de la materialidad utilitaria, erigiéndose como espíritu natural y universal, como ente soberano, como referente metalizado del alma abstracta que no libra una batalla igualada contra su ser y su destino sino que es vencido, derrotado, atrapado por las atenazadoras fauces de la vida, sumido en la angustia de una forzada libertad, donde la decisión se convierte en el parangón de la muerte, de ese sublime vértigo de abandonar la mundana realidad y trasciende a la confusión de las formas donde dos polos de un mismo objeto se encuentran, rompiendo la armonía de los opuestos, llevando el caos imperante, y que es ocultado mediante la necesidad del orden, y este engaño continuo se convierte en la sensación de hinchazón equiparable con la de un ojo morado (shiner).


domingo, 17 de marzo de 2013

Sobre el amor sublime

En lo más profundo del alma donde el dolor y el placer se confunden, donde la vida y la muerte como una espiral se nutren de los sueños y la fantasía surge lo sublime como una danza macabra que recorre las calles, que serpentea el cauce de los días y descarga sobre el mortal dolor de la moral su segadora faz, despertando de repente del sueño dogmático o de la prosa mundana de la realidad. Elevado sentimiento por el séquito de feligreses que creen portar la imagen de la vida, imagen ilusoria, hechizo jocoso para el ojo sensible, que huye del miedo mordaz que amordaza el corazón, que hiela la razón, que genera escarcha para no contemplar la figura que su estandarte porta, y que desmembrada se reduce a la nada. No hay visión, no hay corrosión, no hay calles oscuras o arte bello en el que el goce poder deleitarse. No hay nada. Y en esa nada una luz se enciende y vislumbramos la más puro y hermoso del ser; el amor sublime. Un amor que lo envuelve todo, que diseña cada retazo del recuerdo, que confecciona cada perfecta simetría del Demiurgo, que ya no es creador sino siervo creado por la razón, un súbdito más de este amor que va más allá del bien o del mal, que no distingue de hombres cobardes o valientes, pues nada existe y todo se ve en lo profundo de la llama que un día se llamo amor y que hoy sobre las estrellas de todos los dioses se reconoce como el más sublime amor.


lunes, 25 de febrero de 2013

Ideas del alma sensible

Como contemplar una obra sin sentir el suave estremecimiento del alma, la densa lluvia de emociones sobre el corazón o el tormento sobre la piel que la contempla, que expectante espera sentir desfallecer la razón y quedar sometido al éxtasis de las forma en sintonía con la visión y el ingenio que un genio en forma de hombre fue capaz de expresar. La capacidad creadora del ente material, que desea liberarse de su empirismo para convertirse en abstracción, en la nada que irrumpe en el todo, en el vació que da forma al dios. Y, de este modo, tiene lugar la creación, de este modo surge la chispa eterna de la razón, del conocimiento interiorizado, que cala nuestro caparazón o que simplemente lo acaricia. Que genio sera dios en esta realidad, que nuevo Asclepio dará luz a la imperfección, que soberana se convertirá en moral para desterrar la emoción y nos ampliara la visión del hombre, quedando nuestro sufrimiento existencial a la individualidad, a nosotros contra ese gran enemigo, que es el alma del mundo, cuya búsqueda de la materialidad de lo divino nos convierte en esclavos del destino y las formas empíricas de la eternidad.

lunes, 11 de febrero de 2013

Sobre el valor de la educación

Existe un reino donde las quimeras del discurso tiempo ha fueron expulsadas, donde los sabios caminan a placer recorriendo los senderos del saber sin reparar en la efímera realidad pues hace tiempo la dejaron atrás, pues hacia siglos que el mundo de las ideas fue atrapado y recogido en las frías aulas donde el corazón inquieto anhelaba perderse entre los versos impregnados por la reivindicación descifrados por eruditos hombres, que desterraron de sus vidas a los dioses y los demonios de la realidad entregándose al amor a la verdad, cuyos dogmas construyeron los templos que hoy contemplamos en ruinas vestigio del progreso, que como una utopía pronunciamos sin ser capaces de mirar a la madre que nos vio crecer, que nos enseño el valor del verso pasajero, del primer amor, de aquella molécula que encendida por la reivindicación de un reino libre ascendía hasta la cúpula celeste, descendiendo el laurel que coronara al hombre que gobierne con rectitud al resto de los profetas, que siguen la estela de los antiguos filósofos impregnados por la virtud de los siglos, guardianes que deben evitar que la dulce dama de la verdad sea corrompida por la ponzoña de la efímera retórica del sofista moderno, recuperándose de nuevo la división anímica entre el mundo de las ideas y el vació mundo cambiante de la realidad. 

miércoles, 6 de febrero de 2013

El cubismo de las ideas

Una alegre manera de concebir las formas, sinuosas lineas perdidas en el horizonte del vacío, que con presteza revela la irreal forma, la carnación etérea elevada hasta el firmamento de la imaginación. Una forma de hacer participe al espectador en la danza, que hasta el momento, como en un baile sin pareja, el individuo se ha limitado a contemplar mientras su mente entonaba el himno de la pasiva y el sencillo lema estético de "me gusta" o "es bonito" sin pararse a meditar en la complejidad de las sensaciones con las que el artista juega a partir de las formas y el color, como nos dirá Plotino en la antigüedad, y posteriormente, un autor y artista destacado en el ámbito del arte contemporáneo; Kandinsky. El ojo humano como un complemento más de la obra, tan esencial como la técnica o el material  tan imprescindible como la obra de arte en la vida en el desarrollo expresivo del individuo. Una forma de otorgar movimiento y vida a las formas vacías del milenario profeta que alza su mano hacia el cielo reivindicando su lugar en el corazón por despertar del espectador.

jueves, 10 de enero de 2013

Preciosas maneras de ver el arte
seria mirada a su corazón,
palabras que nacen de la razón,
de la férrea inspiración,
que el águila depositó en los viñedos
de la eterna Salamanca.
Vuelan por el mundo las ideas,
mueren los hombres
pero jamás se borraran sus pasos
en la memoria de los tiempos.