Resquebrajada grieta en el espacio, una forma de destruir la labrada construcción de un ideal basado en la perfecta geometría de lo cerrado, de lo inexpugnable, un reto al genio que habita en las palabras que jamás recorremos con nuestros dedos, perdiendo su significado, dejándose llevar como el humo de un cigarro por el espacio endeble, en el cual, por fin, se abrió la brecha hacia el infinito de las formas descompuestas, victimas del vacío que atrapa las palabras para llenarlas de la vida, de la chispa que se desprende del yunque de Vulcano. El vacío que se escapa de la caja de Pandora impregnando el viento de cientos de susurros, que como un bosque no deja entrar la perfección del sueño del matemático idealizado, del Platón frustrado, imperando en el reino del espacio y su obra el genio dolorido que renace como un fénix generación tras generación para revelar al desconocido señor la evolución del arte y su vacío.
viernes, 30 de agosto de 2013
sábado, 17 de agosto de 2013
El camino de una gota de hiel
Aquí me hallo erigido como un antiguo emperador, igual de solo y desbordado por la fragancia de este mar, que me invita a lanzar los despojos de mi a sus fauces, sedientas del alma romántica que arroja a sus entrañas sueños de amor y de ruina. Contemplo el surco de las nubes como si fuera la última visión que de ellas fuera a tener, como el condenado que recorre el sendero hasta el patíbulo sintiendo más intensamente la fragancia de la vida que ahora de él se aleja con paso presto. Nubes familiares que dibujan en el cielo los recuerdos de mi niñez cuando soñaba alcanzarlas, ser parte de ellas, y ahora aquí estoy de pie tan frágil como ellas, pero más pesado y solo. Una soledad que me baña con la hiel de la historia, que cubre mi desnuda frente de cristalinas fragancias del ayer, de aquel amor que se fue, dejando tan solo el vacío, esta existencia que ya no posee un ser que la defina tan solo un ente maltrecho, que involuciona en el camino hacia la soberbia del conócete a ti mismo. Me consuela que en el mundo donde estoy no hay soberano, no hay mandatarios, que siembran la desconfianza en el individuo, pues este ya dejó de creer, de tener fe en él y en lo que le rodea, pues no desea más que ser una nube arrojada al acantilado del olvido.
lunes, 5 de agosto de 2013
En la intemporalidad del espacio la historia se erige victoriosa sobre el vacio
Navegando en los surcos de la historia, la vida, el saber, la tragedia y la alegría sobreviven a la nefasta quebrada del olvido, a la inmensidad del vació que cercena las mascaras antaño empuñadas, a la metáfora hablada que impregnaba la suave brisa de las noches de verano, que llenaba de sueños e ilusiones. Las artificiales emociones cobraban vida, ya no eran marionetas de la pluma, las parcas emergían de entre los rincones y las ambiciones turbaban los corazones para finalmente esbozar la moraleja de todo cuento. Y cual es la moraleja del cuento que nos toca vivir, cual es la sabia visión que nos toca memorizar ante la contemplación de este titan ancestral. Simplemente el ímpetu de rescatar de su letargo, de los cruentos brazos de Morfeo arrancar la eternidad del verso y navegar sobre sus lomas, creciendo como hombres con la moral de la tragedia griega, y aprender a reírnos de la vida, fomentar la risa como decía Aristóteles en su Poética, y de rozar las estrellas cada noche en el seno de esta ciudad inmortal.
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